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3º MOMENTO: HUIDA DE EGIPTO Y ALIANZA

3º MOMENTO: HUIDA DE EGIPTO Y ALIANZA

3º MOMENTO: LIBERACIÓN DE LA ESCLAVITUD Y ALIANZA.

 El pueblo de Israel está esclavizado en Egipto, bajo el dominio de un faraón divinizado. Pero Dios no es sordo ante el sufrimiento de los pobres y oprimidos.

 La Biblia nos presenta a Moisés, un hebreo que se salva milagrosamente del genocidio al que el faraón está sometiendo a los israelitas. Por defender a los suyos tendrá que huir al desierto y estando allí recibe la llamada de Dios en forma de una zarza que arde sin consumirse y le pide que vuelva a liberar a su pueblo.

 Moisés se presenta ante el faraón y le pide que deje marchar a su pueblo, pero ante la negativa de aquél, Dios envía hasta 10 plagas contra en Egipto, la última de las cuales es la muerte de los primogénitos egipcios. La noche en la que esto se produce los israelitas celebran la cena de Pascua.

 Ex 12,1-14

 Luego el Señor dijo a Moisés y a Aarón en la tierra de Egipto:

Este mes será para ustedes el mes inicial, el primero de los meses del año.

Digan a toda la comunidad de Israel: El diez de este mes, consíganse cada uno un animal del ganado menor, uno para cada familia.

Si la familia es demasiado reducida para consumir un animal entero, se unirá con la del vecino que viva más cerca de su casa. En la elección del animal tengan en cuenta, además del número de comensales, lo que cada uno come habitualmente.

Elijan un animal sin ningún defecto, macho y de un año; podrá ser cordero o cabrito.

Deberán guardarlo hasta el catorce de este mes, y a la hora del crepúsculo, lo inmolará toda la asamblea de la comunidad de Israel. Después tomarán un poco de su sangre, y marcarán con ella los dos postes y el dintel de la puerta de las casas donde lo coman. Y esa misma noche comerán la carne asada al fuego, con panes sin levadura y verduras amargas. No la comerán cruda ni hervida, sino asada al fuego; comerán también la cabeza, las patas y las entrañas. No dejarán nada para la mañana siguiente, y lo que sobre, lo quemarán al amanecer.

Deberán comerlo así: ceñidos con un cinturón, calzados con sandalias y con el bastón en la mano. Y lo comerán rápidamente: es la Pascua del Señor.

Esa noche yo pasaré por el país de Egipto para exterminar a todos sus primogénitos, tanto hombres como animales, y daré un justo escarmiento a los dioses de Egipto. Yo soy el Señor.

La sangre les servirá de señal para indicar las casas donde ustedes estén. Al verla, yo pasaré de largo, y así ustedes se libarán del golpe del Exterminador, cuando yo castigue al país de Egipto.

Este será para ustedes un día memorable y deberán solemnizarlo con una fiesta en honor del Señor. Lo celebrarán a lo largo de las generaciones como una institución perpetua.

 Abatido, el faraón por la muerte de su hijo, los deja marchar, pero más tarde se arrepiente y decide perseguirlos. Cuando está a punto de alcanzarlos y de cercarlos frente a las orillas del Mar Rojo, una columna de fuego se interpone en el camino del ejército egipcio mientras que Dios abre las aguas dejando pasar a los israelitas y volviéndolas a cerrar cuando lo atraviesan los egipcios, haciendo que éstos se ahoguen.

 Una vez al otro lado del Mar Rojo comenzará su largo peregrinar durante 40 años, tiempo en el que se dotarán de unas leyes y se organizarán como pueblo. Es el tiempo de la Antigua Alianza.

 LA ANTIGUA ALIANZA

 Esta alianza es la que hace Dios con su pueblo Israel al pie del monte Sinaí. Este pacto consiste en que Dios le dice a su pueblo: “Yo seré vuestro Dios y vosotros mi pueblo si cumplís mis mandamientos”. Éstos son “El Código de la Alianza”

Ex 20

 Los diez mandamientos

1 Entonces Dios pronunció estas palabras:

2 Yo soy el Señor, tu Dios, que te hice salir de Egipto, de un lugar en esclavitud.

3 No tendrás otros dioses delante de mí.

4 No te harás ninguna escultura y ninguna imagen de lo que hay arriba, en el cielo, o abajo, en la tierra, o debajo de la tierra, en las aguas.

5 No te postrarás ante ellas, ni les rendirás culto, porque yo soy el Señor, tu Dios, un Dios celoso, que castigo la maldad de los padres en los hijos, hasta la tercera y cuarta generación, si ellos me aborrecen;

6 y tengo misericordia a lo largo de mil generaciones, si me aman y cumplen mis mandamientos.

7 No pronunciarás en vano el nombre del Señor, tu Dios, porque él no dejará sin castigo al que lo pronuncie en vano.

8 Acuérdate del día sábado para santificarlo.

9 Durante seis días trabajarás y harás todas tus tareas;

10 pero el séptimo es día de descanso en honor del Señor, tu Dios. En él no harán ningún trabajo, ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu esclavo, ni tu esclava, ni tus animales, ni el extranjero que reside en tus ciudades.

 11 Porque en seis días el Señor hizo el cielo, la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos, pero el séptimo día descansó. Por eso el Señor bendijo el día sábado y lo declaró santo.

12 Honra a tu padre y a tu madre, para que tengas una larga vida en la tierra que el Señor, tu Dios, te da.

13 No matarás.

14 No cometerás adulterio.

15 No robarás.

16 No darás falso testimonio contra tu prójimo.

17 No codiciarás la casa de tu prójimo; no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su esclavo, ni su esclava, ni su buey, ni su asno, ni ninguna otra cosa que le pertenezca.

   

 

 

 

 

 

 

 

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